Cómo gestiono mis proyectos
Una de las cosas más importantes que he aprendido como ilustradora es la necesidad de organizarme bien para poder avanzar en mis proyectos. Tener una idea clara de qué quiero lograr y cómo voy a llegar allí me permite no solo mantenerme enfocada, sino también disfrutar más del proceso creativo. Por eso, siempre comienzo estableciendo metas realistas y divido mis proyectos en tareas más pequeñas y manejables. Esto hace que todo se sienta menos abrumador y me permite ver el progreso poco a poco.
Uso herramientas digitales para planificar mi semana y organizar mis proyectos de ilustración. Desde aplicaciones de calendario hasta listas de tareas, estas herramientas me ayudan a priorizar lo que es más urgente y a asignar tiempo específico para cada parte del proyecto. También dejo espacio para la improvisación, porque sé que a veces la inspiración llega cuando menos lo esperas y hay que aprovechar esos momentos de creatividad espontánea.
Aunque la organización pueda parecer algo rígido, para mí es una forma de cuidar mi creatividad. Saber que tengo un plan me da tranquilidad y me permite concentrarme en el arte sin preocuparme por los detalles logísticos. Así puedo dedicar más tiempo a lo que realmente me apasiona: crear, explorar nuevas ideas y mejorar mis habilidades como ilustradora.
Otra cosa que he aprendido es la importancia de ser flexible con mi planificación. Aunque tener una estructura me ayuda a mantener el enfoque, entiendo que el proceso creativo no siempre se ajusta a un horario fijo. Hay días en los que la inspiración simplemente no llega, y eso está bien.